Page 608 - TU MENTOR EN EL MERCADO
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604 | 16 - Preparación y potenciación
importantes en el camino hacia el éxito. No hay obstáculo en el mundo
que alguien, en algún lugar, no haya superado; si alguien pudo hacerlo,
usted también podrá.
El éxito, como los obstáculos, no tiene fin. ¿Qué sucederá una vez
que haya alcanzado su meta? Probablemente, a esas alturas, fije una
nueva, con el respaldo de la nueva fe en su capacidad de alcanzarla.
Cuando me formaba como trader, me fijé la meta de ganar $200 al día.
Una vez que la alcancé, llevar la meta a $500 ya no parecía imposible,
y así sucesivamente. Esto es lo que nos hace ser competitivos y, por
tanto, muy distintos de los animales. Las personas que tienen éxito
perciben el fracaso, o el desafío, de manera muy distinta que la del
público en general. Para ellas, el fracaso es una oportunidad de volver a
empezar, desde un nuevo ángulo y con métodos mejorados. Nunca, ni
por un momento, piense en que podría fracasar. En la infancia, tuvimos
que buscar formas de superar los desafíos; como adultos, debemos
recuperar ese sentido innato de ser capaces de lograr nuestros fines.
Si deja aunque sea una pequeñísima grieta abierta al concepto de
fracaso, el concepto se inflará, se potenciará y se los tragará a usted
y a sus aspiraciones de una vida mejor. Si teme al fracaso, el miedo
le atará las manos. La gente teme fracasar en los estudios, en los
deportes, en las relaciones, en la crianza de los hijos y en el trabajo.
El miedo debilita la voluntad de hacerles frente a los retos que la vida
pone en el camino. Es cierto que parte de la culpa puede atribuirse a
la crianza y a la educación que recibimos, generalmente con métodos
de castigo al fracaso en lugar de estímulo a la resiliencia. Se sabe que
los deportistas de éxito se concentran en las metas y que son muy
disciplinados y constantes. Estudie la historia de cada deportista famoso
y, a menudo, descubrirá que, al menos uno de los padres, le inculcó
de niño el espíritu de ganar, neutralizando el miedo y el fracaso. Earl
Woods, padre de Tiger Woods, el golfista y deportista más acaudalado
de la historia, preparó a su hijo para el juego desde los dos años de
edad. El mismo Earl combatió en una unidad de comando en Vietnam;
afrontar los desafíos no era cosa nueva para él. Earl no se apartó de la
meta que estableció para él y para su hijo. A pesar de los retos, creó
uno de los más grandes triunfadores en la historia del deporte.