Page 19 - TU MENTOR EN EL MERCADO
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Prólogo

Mi caída

A los treinta y seis años, era yo el padre insolvente de tres niñas, la más
pequeña de tres meses. El negocio que había cultivado con esfuerzo a
lo largo de trece años se me había escurrido entre los dedos. Al darse
cuenta antes que yo de los problemas que se nos venían encima, mi socio
había desfalcado los últimos miles de dólares que quedaban en nuestras
cuentas bancarias. Nuestros empleados abandonaron el barco. Quedé
endeudado por medio millón de dólares a bancos y proveedores. ¿Qué
tenía en abundancia? Lágrimas.

   Caer tan bajo es algo que no le deseo a nadie. Descubrí muy pronto
que las presiones de dinero causan presiones psicológicas y emocionales:
depresión que se manifiesta con una pérdida de apetito, falta de motivación
para trabajar y una creciente incapacidad de conciliar el sueño. No tenía
idea de cómo lidiar con estos problemas. Toda la literatura acerca de
la administración de empresas a la que había sido expuesto trataba de
“cómo obtener el éxito” y “cómo hacerse millonario”. ¿Pero cuándo ha
visto un libro de recomendaciones para quienes deben millones? Sin
duda esto se debe a que no cabe esperar que los “perdedores” escriban
libros y no se supone que tengan historias de vida interesantes. ¿Y, en
cualquiera de los casos, quién querrá leer la historia de un perdedor?

   De manera fascinante, todos los consultores de negocios que habían
obtenido sus ingresos de mí durante años se esfumaron en cuanto la
fuente del dinero se secó. Tenía la esperanza de que por lo menos la policía
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